En las riberas del norte amazónico de Bolivia, el pueblo indígena Tacana ha enfrentado con dignidad desafíos que amenazan no sólo sus medios de vida (recursos y actividades productivas), sino también su vínculo profundo con el territorio. Desde hace más de 15 años, Practical Action ha acompañado a estas comunidades en un proceso sostenido de transformación, resiliencia y esperanza.

Los inicios de Practical Action en Bolivia datan de 2010, llegando con una mirada enfocada en la gestión de riesgos de desastres y el fortalecimiento de medios de vida, encontró en el norte amazónico una realidad marcada por la vulnerabilidad, en comunidades que, frente al avance de la minería, la tala ilegal y el cambio climático, empezaban a perder la pesca y la caza como formas tradicionales de subsistencia.

Después de las inundaciones en 2014, Practical Action impulsó junto a los gobiernos locales y el Consejo Indígena del PuebloTacana (CIPTA) sistemas agroforestales con cacao nativo, crianza de animales y la mejora de los sistemas de agua, fortaleciendo la seguridad alimentaria y los medios de vida sostenibles en el norte amazónico boliviano. Así, durante casi una década, las comunidades recuperaron espacios, emprendieron nuevos negocios y fortalecieron su capacidad organizativa. Las mujeres lideraron rutas productivas y transformaron la producción local del grano al chocolate. El trabajo parecía florecer.

 

La emergencia que lo cambió todo

Pero en 2023, una serie de incendios consumió en pocos días todo lo sembrado durante años de trabajo. Los sistemas agroforestales, sistemas de agua y medios de ingreso fueron reducidos a cenizas. “Recuerdo que estábamos en una feria, junto con los emprendedores, promocionando los productos cuando empezaron a llegar las primeras llamadas de auxilio”, cuenta Shirley Pazos, Directora País de Practical Action y con 16 años de trabajo en la organización.

 

“El fuego era incontrolable. Fue una tristeza profunda”, relata.

 

Yolanda Frias, parte del equipo de Practical Action, recuerda las madrugadas combatiendo el fuego, trabajando de la mano con el gobierno local de San Buenaventura para el resguardo en albergues de niños y adultos mayores de las zonas más afectadas y buscando combustible a medianoche.

 

“Pasamos de la coordinación técnica a cargar mochilas, cisternas y apoyar para apagar el fuego hasta las seis de la mañana. Intentamos salvar y cuidar todo lo que se pudo”.

 

Pese a no ser una organización centrada 100% en ayuda humanitaria, Practical Action se convirtió en el único actor presente en la zona. Junto a aliados como Australia, a través del Programa de Ayuda Directa (DAP), otras instituciones de cooperación internacional de Canadá y Suiza y con el respaldo del CIPTA y el Consejo Regional Tsimán Mosetén (CRTM), se activaron estrategias de recuperación inmediata y sostenible.

 

Recuperación, resiliencia y futuro

Durante varios meses intensivos en 2023, Practical Action trabajó con las comunidades de El Cebú, San Luis Chico y Puerto Yumani del municipio de Rurrenabaque y Tres Hermanos y Altamarani del municipio de  San Buenaventura. Se rehabilitaron sistemas de agua, se instalaron viveros de hortalizas, y se promovió la producción de plátano, yuca, maíz, arroz y cacao. Los hombres que habían migrado a zonas urbanas regresaron para apoyar a sus familias en la rehabilitación de sus sistemas productivos, y las mujeres retomaron con fuerza sus emprendimientos.

El acompañamiento fue técnico, pero también emocional.

 

“Se trató de volver a creer. Nos tocó respirar hondo y volver a motivar a las comunidades”, recuerda Shirley. “Que vieran que sí se podía. Que lo habíamos logrado antes, y que lo lograríamos otra vez”.

 

Ese compromiso fue reconocido por el propio pueblo Tacana y el gobierno local, que pidió expresamente que Practical Action fuera la única organización autorizada para levantar la evaluación de daños y necesidades (EDAN) en sus comunidades después del desastre. Esa confianza se construyó con años de trabajo respetuoso, con técnicos que se quedan días en los territorios, y con relaciones basadas en la escucha y la transparencia.

Hoy, mientras se recuperan los sistemas productivos, la organización resalta la permanencia de las capacidades que construyeron años atrás junto a las comunidades, e incluso reaparecen más fuertes, pues gracias a ello la recuperación pudo ser mucho más rápida. Practical Action tiene certeza de algo, lo material se quemó, pero lo aprendido quedó en las personas. “La inversión en capacidades se ha triplicado”, dice Shirley. Y este vínculo ha evolucionado mucho más allá. Yolanda lo resume, en una palabra: confianza.

 

“Nos reconocen, nos abrazan. Ver cómo las mujeres retoman sus emprendimientos es la mayor recompensa”, puntualiza.

 

Uno de esos reconocimientos llegó también desde fuera. Las mujeres tacanas con las que trabaja Practical Action fueron premiadas con el primer lugar de la Categoría Comunidades Prósperas de la competición Green Destinations Story Awards 2025 a nivel mundial por la ruta productiva, la Ruta de la Mujer Tacana.

Practical Action no solo ha contribuido a rehabilitar sistemas o restaurar medios de vida. Ha recordado que la esperanza, cuando se siembra con compromiso, vuelve a florecer incluso entre cenizas.

 

Texto por Reinhard Augustin

 

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